miércoles, 18 de diciembre de 2013

Dejarlo todo.





Quise correr, gritar, saltar de cabeza al agua, remar hasta no sentir los brazos, sumergirme bajo la corriente, luchar contra los elementos, sentir la fuerza del mar en mi cuerpo, leer sus movimientos, notar como poco a poco me va arrastrando hacia la felicidad, volando en una alfombra mágica hacia las profundidades de la caverna, para después salir de allí y pensar en dejarlo todo por un puñado de olas perfectas.

lunes, 30 de septiembre de 2013

Siempre a pelo.























No soy una persona corriente, no viajo en clase turista, tampoco en primera clase, no me interesa. Camino sobre el ala, sintiendo el viento en mi cara cada mañana. No tengo un vicio, tengo muchos, bebo, fumo, juego y follo, eso sí siempre a pelo.

Me bebo la vida, a tragos muy largos, de esos que notas en el estómago, esos que sientes. Me fumo el tiempo, lleno mis pulmones de momentos, de experiencias, de vivencias, de esas que te dejan sin respiración. Juego apostando fuerte, soy caro cuando hay vicio, soy un dandy, no me importa ganar o perder, solo sentir  mi vida girar y girar hasta caer en el número que marque el destino. Y en cuanto a follar, sí, follo mucho, con X con Y,  y con Z, de zorra, pero a ti, quizás te haga el amor, eso sí, siempre a pelo.

martes, 28 de mayo de 2013

Polvo y ceniza.


A medida que recorremos el camino, revolucionamos la existencia del ser humano en cada instante de nuestra vida. En cada canción, en cada cigarrillo, en cada polvo. Caemos, ardemos en llamas, fulminamos nuestros sentimientos, y de repente, de las arduas cenizas resurgimos en un nuevo ser, manteniendo la esencia, cambiando la realidad.

Renovamos patrones, creamos nuevos sentimientos, revivimos antiguos y nos convertimos en homicidas de los mismos. Reímos, lloramos y pasamos largas noches sin dormir. Llenamos ceniceros de olvido y vaciamos copas de dolor. Y todo, para seguir con el reciclaje, el reciclaje de nuestra alma, la que creemos perdida y siempre esta ahí, o al menos su esencia. Y ¿ qué es la esencia si no nuestra verdadera realidad?.

Tantas veces hemos intentado seguir el ritmo social de nuestra vida, cambiar nuestros patrones para luego, fracasar en el intento puesto que ese ritmo no pertenece a nuestra esencia, no es nuestra realidad. ¿Qué es más importante, la realidad social, o nuestra verdadera realidad?¿Seguir los esquemas o crear un esquema propio que probablemente nunca sea  aceptado socialmente?

Ahí se encuentra la revolución, ninguno de nosotros queremos ser una oveja aunque en ocasiones nos pongamos el disfraz. Todos queremos cambiar el mundo, aunque sea en nuestros sueños más profundos.

Hagamos  de las palabras un significado, hagamos de los sueños una realidad, nuestra realidad, nuestra esencia.





Adrian Green.