Todos soñamos pero a ninguno nos importa, hasta he llegado a pensar que siempre dormimos y nunca nos despertamos. Sueña el rico con todo su dinero, el pobre con su dolor y su tristeza, hasta un rey sueña que es rey. Pero ninguno querría despertarse en el sueño de la muerte.
Porque ¿ Qué es la vida sino una ilusión una pasión o una ficción donde el bien más pequeño es el mejor?
Por eso cada mañana cuando me miro en el espejo y veo las mismas ojeras y mi tremenda expresión de sueño pienso,¡ si aún estas dormido métete en la cama y sigue soñando imbécil!
Pero bueno parece que esta gran ciudad es la ciudad de los sueños porque a medida que ha pasado el tiempo parece como si los sueños fueran realizándose y sucediéndose poco a poco
¡Qué vueltas da la vida ! Hace unos meses no pensaba que esto fuera así, y ahora, en una sobredosis de narcóticos no quiero despertar de este sueño, de mi sueño de mandarina, con una piel dura para llegar a él, pero increíble una vez que me la he pelado, mi vida claro está.
Y cada vez me doy más cuenta, de que la vida es un sueño, y los sueños sueños son.
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