miércoles, 11 de mayo de 2011

lost in bohemia

Puedes despertarte una mañana y no saber donde estás, ni lo que piensas , ni tampoco lo que sientes.

Cada mañana me levanto, enciendo un cigarrillo, me adentro en mi mismo y siento que no en cierto modo no tengo un hogar, y que soy un completo desconocido ante la inmensidad del universo, siento que no encuentro el camino a mi casa, me encuentro solo y al final de todo me siento como una piedra rodando.

Veo toda esa gente, paseando sus coches elegantes, sus trajes de marca, sus mujeres preciosas embadurnadas de joyas y pienso ¿ de verdad quieres eso?

A lo mejor no estoy hecho para toda esa opulencia, prefiero unos pantalones pitillo a un traje de Armani, una guitarra a cualquier mercedes, y por supuesto prefiero al amor de mi vida a cualquier supermodelo.

No estoy hecho para la educación que me dieron, no aspiro a un gran puesto de trabajo, puede que a un buen sueldo sí, ¿ y quién no? , tampoco aspiro a un gran reconocimiento por parte de un puñado de lobos, solo quiero ser yo.

Amo la bohemia, los pequeños detalles de la vida, como un buen bourbon escuchando blues, el ritmo desenfrenado de mis pies en un rockabilly, el sabor de los besos de la mujer a la que amo, un buen cigarrillo después de un polvo y por supuesto cualquier acorde de la música que sale de mi corazón como expresión de mi alma.

Y es que, ¿ Acaso puedes pagar con dinero cualquiera de esos pequeños pero maravillosos detalles?

2 comentarios:

  1. Me vienen a la memoria las palabras de John durante un concierto: la gente de los asientos mas baratos debe dar palmas, y el resto de ustedes puede simplemente sacudir sus joyas.
    Buen texto, pero ni se te ocurra robarle la visa oro a tu padre para pagar esas pequeñas y maravillosas cosas que sólo se mantienen en el recuerdo gracias a una cámara de carrete a falta de una polaroid.

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  2. Que razón tienes !!!
    Gran texto, si señor

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