Estaban dos archienemigos, la razón y el corazón , en un garito situado en la esquina de madness Street y love avenue, llamado heartattack and wine.
El local se caracterizaba, por ser el lugar donde los corazones y los sueños rotos ahogaban sus lamentos en cilindros de cristal, impregnados de bourbon.
El corazón discutía con la razón sobre sus problemas, éste decía que no había parado de trabajar en 20 años, las 24 horas del día, todo el día latiendo, y últimamente con más intensidad, por la crisis le decían. La razón le preguntaba al corazón, el porqué de la intensidad de sus latidos. El corazón extrañado le preguntó ¿ O es que acaso no lo sabes?
Nuestro jefe no deja de pensar en algo, te come todo el día, ¿ no ves que ya te falta un brazo?
La razón le dijo al corazón que era culpa suya, que en la oficina de los sentimientos se habían vuelto locos, todo el día peleándose por las vibraciones del piso de abajo, donde el corazón trabajaba. La razón se acercó más aún al corazón y le susurró las palabras que cambiaron su vida:
- Tú día empieza, te levantas y te duele todo, y aún oyes todas sus tiernas palabras cuando ella no te necesita. Ella se levanta, se maquilla, y mientras tu estás en casa ella sale y ya ha conocido a otros. Podrás buscar en sus ojos y no encontrarás nada, ni la más miserable señal de amor detrás de las lagrimas que derrama por nadie.
Y llegará un momento que todo lo que ella dijo me llegará a mi, y los problemas serán de los dos, así que no latas tan fuerte, porque no te va a servir de nada. Deja que los sentimientos trabajen tranquilos, y que la vida siga su curso. Hay que tener contento al jefe, que últimamente no para quieto y está de mal humor.
La razón se fue a la cama, y el corazón siguió trabajando, mientras el jefe estaba delante de un ordenador escribiendo estas palabras que de haberles hecho caso antes, el corazón y la razón no hubieran discutido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario