martes, 28 de mayo de 2013

Polvo y ceniza.


A medida que recorremos el camino, revolucionamos la existencia del ser humano en cada instante de nuestra vida. En cada canción, en cada cigarrillo, en cada polvo. Caemos, ardemos en llamas, fulminamos nuestros sentimientos, y de repente, de las arduas cenizas resurgimos en un nuevo ser, manteniendo la esencia, cambiando la realidad.

Renovamos patrones, creamos nuevos sentimientos, revivimos antiguos y nos convertimos en homicidas de los mismos. Reímos, lloramos y pasamos largas noches sin dormir. Llenamos ceniceros de olvido y vaciamos copas de dolor. Y todo, para seguir con el reciclaje, el reciclaje de nuestra alma, la que creemos perdida y siempre esta ahí, o al menos su esencia. Y ¿ qué es la esencia si no nuestra verdadera realidad?.

Tantas veces hemos intentado seguir el ritmo social de nuestra vida, cambiar nuestros patrones para luego, fracasar en el intento puesto que ese ritmo no pertenece a nuestra esencia, no es nuestra realidad. ¿Qué es más importante, la realidad social, o nuestra verdadera realidad?¿Seguir los esquemas o crear un esquema propio que probablemente nunca sea  aceptado socialmente?

Ahí se encuentra la revolución, ninguno de nosotros queremos ser una oveja aunque en ocasiones nos pongamos el disfraz. Todos queremos cambiar el mundo, aunque sea en nuestros sueños más profundos.

Hagamos  de las palabras un significado, hagamos de los sueños una realidad, nuestra realidad, nuestra esencia.





Adrian Green.

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